lunes, 12 de mayo de 2014

CETOSIS VS. FLEXIBILIDAD METABÓLICA

    Continuamos con las dietas cetogénicas..., pero creo que es hora de hablar de ella a las claras. ¡Veámos!, quién considere que la cetósis es el estado natural del ser humano, simplemente está equivocado y no porque esta no sea fisiológica, ¡qué va!, sino porque ese estado natural y privilegiado del hombre se llama FLEXIBILIDAD METABÓLICA, he hablado de esta última en más de 20 ó 30 post (aquíaquí, aquí, aquí,aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, bueno y en bastantes más) por tanto, no voy extenderme más en este punto, pero el consumo de un sustrato energético en función de las circunstancias es lo que más nos define, nos guste o no. Atrás deben quedar las discusiones sobre si el hombre es un ser carnívoro o vegetariano, no es ni lo uno ni lo otro, sino una mezcla de ambos, es decir, omnívoro. Y esto significa que puede obtener rédito de cualquiera de los dos mundos, siempre y cuando su metabolismo se encuentre en perfectas condiciones

   Y no es porque lo diga yo, sino que está demostrado que el ser humano posee copias adicionales de un gen denominado AMY1, el cual es requerido para producir la enzima amilasa salivar,  cuya presencia es necesaria para degradar correctamente los almidones. Es cierto que las poblaciones ancestrales que siguen una dieta tradiccional alta en almidones poseen más copias del mencionado gen, y que en el otro extremo, los más adaptados a comer carne o pescado, aún conservando menos, todavía poseen un buen número de copias, lo que significa que aún así, podrían utilizar almidones como parte de su alimentación.(aquí).

   Por tanto, presentar al estado de cetosis como el verdaderamente natural del ser humano, simplemente es reducir enormemente nuestro potencial. El HOMBRE es altamente adaptable, de hecho es la flexibilidad metabólica la que otorga esta capacidad, no relegándonos a la supremacía de un sustrato energético por encima de los demás, sino que en función de las condiciones ambientales y nuestra actividad física se podría obtener energía eficazmente de los hidratos de carbono y de las grasas (incluso de las proteínas), pero también de intermediarios de estos como el ácido láctico o los cuerpos cetónicos

   El estado de cetosis podemos considerarlo, evolutivamente hablando, como un estado de "economía de guerra", que suele estar propiciado por periodos de ayunos más o menos prolongados, actividad física constante o dietas muy bajas en hidratos de carbono. Es por tanto, y como ya he comentado, un estado fisiológico, que nada tiene que ver con el estado patológico producido por la diabetes, donde la falta de insulina provoca la constante formación de cuerpos cetónicos al no poder utilizarse la glucosa. En esta situación la cetonemia alcanza valores máximos de 7 u 8 mmol/L sin cambios en el PH, mientras que en la diabetes se podría exceder los 20 mmol/L con una reducción significativa en el PH. 

   Pero yo me pregunto, si es buena idea mantener este estado de modo permanente. Y creo que la respuesta es, NO. Como he manifestado anteriormente el ser humano tiene un estado fisiológico amplio, que es el adecuado y se llama FLEXIBILIDAD METABÓLICA, de tal forma que puede adaptarse constantemente a variaciones en la ingesta de alimentos en función de la circunstancias (alimentos disponibles y actividad). Pero actualmente, podemos decir que ese estado originario en algunos individuos se ha perdido por culpa de las enfermedades propias de la "civilización moderna" como puede ser la obesidad, la resistencia a la insulina y la diabetes las cuales disminuyen enormemente la plasticidad mitocondrial. 

   Si realmente fuese nuestro fin el estado de cetosis, y nos adaptáramos definitivamente a esta situación, simplemente estaríamos limitando nuestras verdaderas capacidades (evolutivamente hablando), pues en épocas donde la caza fuese nula o restringida no poder consumir tampoco vegetales o tubérculos limitaría las posibilidades de supervivencia de modo absoluto. Es por ello que el ser humano no se debió mantener nunca en dicho estado de modo permanente, sino que su flexibilidad metabólica le permitió vivir perfectamente en función de las diferentes situaciones del entorno. Hoy en día la cosa ha cambiado. En primer lugar, porque se puede reproducir una dieta cetogéncia de modo continuo sin necesidad incluso de realizar ayunos prolongados o ejercicio físico, basta retirar la mayor parte de los carbohidratos de la dieta para entrar en dicha situación, pero la artificialidad del experimento, aunque positivo para algunas patologías, posiblemente presente efectos perniciosos con el transcurrir del tiempo (aquí, aquí, aquí,aquí, aquí,aquí). Hay quien va incluso más lejos y señala potenciales patologías que podrían traer las dietas cetogénicas si estas se mantienen indefinidamente:



    Pero yo me pregunto: ¿por qué rehusar de los almidones y fuentes vegetales si disponemos de ellos?, ¿es acaso mejor el estado de cetosis que el de FLEXIBILIDAD METABÓLICA?.  Por supuesto que no, nunca una parte puede ser mejor que el todo, y en este sentido la flexibilidad metabólica es la que te otorga lo mejor de ambos mundos.

   Pero es cierto que la dieta cetogénica o una dieta muy baja en carbohidratos es una herramienta estupenda que puede ser empleada en diferentes patologías como puede ser, la epilepsia, el alzheimer, ciertos tipos de cáncer (con otros podría suceder lo contrario aquí ), incluso para mejorar la resistencia a la insulina y la obesidad..., pero, pero, si nos fijamos..., estos son por desgracia, situaciones donde YA SE HA PERDIDO LA FLEXIBILIDAD METABÓLICA... y hasta cierto punto, los hidratos de carbono, podrían no ser el mejor sustrato, o bien por problemas de resistencia hormonal propiciados por un exceso de inflamación orgánica, o porque, simplemente, nuestras centrales eléctricas, que son las mitocondrias, han sido dañadas. En esta situación el uso de los ácidos grasos y cuerpos cetónicos podría ser una entrada de energía renovada una vez que nos mostramos ya intolerantes a la glucosa. Pero si no es el caso, y nuestra flexibilidad metabólica es adecuada, no veo motivos para permanecer en cetosis de modo prolongado. LO DIGO SINCERAMENTE.

   Pero no nos confundamos, el que demuestre ciertos beneficios en las mencionadas patologías no quiere decir tampoco que dicho estado nos proteja de su desagradable presencia a lo largo de nuestra vida, y tampoco esperéis vivir más años por ello...,esto es algo que debemos tener muy presente. 

   Cuando decidimos realizar una dieta cetogénica debemos saber exactamente los motivos que nos llevan a ella y del mismo modo el momento óptimo de abandonarla. De esto se trata, ¿es tan difícil de entenderlo...?, ¿por qué cercenar las posibilidades que me otorga la flexibilidad metabólica si aún disponemos de ella...?. Otra cosa es que por culpa de nuestra malos hábitos esta cualidad haya desaparecido, pero si no es el caso no veo justificación para mantenerla en el largo plazo.

  Hemos de pensar que no son exclusivamente las personas obesas las que quieren mejorar su estado, sino que muchos deportistas abrazan las cetogénicas como la panacea para aumentar su rendimiento a la vez que mejoran su composición corporal...,y podría ser cierto, pero no en todos los casos. 

  Dentro del mundo paleo ha habido una corriente un tanto "borrega" (todo hay que decirlo), donde los ayunos intermitentes, las dietas cetogénicas y los entrenamientos de alta intensidad, se habían convertido en la piedra angular del cambio. Y es cierto que hubo grandes beneficiados por la implementación de los mismos. Pero también es cierto, que el entusiasmo inicial experimentado por muchos de aquellos progresivamente fue silenciado por estancamientos precipitados en la pérdida de peso, síntomas de sobreentrenamiento y un aumento desmesurado en los valores de colesterol total. ¿Me lo estoy inventando?, por supuesto que no. Y estoy CONVENCIDO que muchos de estos síntomas se deben a una baja función tiroidea propiciada precisamente por la bajada drástica en hidratos de carbono, donde habría que sumar, a los síntomas mencionados, otros tanto como: extemidades frías, pérdida de pelo, sequedad de piel, problemas digestivos como el extreñimiento, depresión, tristeza, etc, etc. Internet está plagado de foros donde muchos angustiados paleos tratan de buscar un explicación satisfactoria a lo que les está ocurriendo.

   Hemos de pensar que entrar en una dieta low carb de golpe podría ser considerado por nuestro organismo como el interruptor que activa una situación excepcional que puede ser considerada como de "economía de guerra" cambiando drasticamente el metabolismo, alterando la función tiroidea y propiciando una mayor conversión de la hormona T4 a la forma reversa de T3, de funciones opuestas a la propia T3, esto detendría automáticamente la quema de grasas que tan ansiosamente buscamos ralentizando inheludiblemente nuestro metabolismo (otros lo han denominado modo hibernación, como lo que sucede con un ordenador que mantiene las mínimas funciones).


   Sí, es cierto que no le pasa a todo el mundo, pero como he dicho anteriormente a quien le suceda, simplemente debería aumentar el número de carbohidratos consumidos hasta que nuevamente los síntomas desaparezcan. ¿Qué hay de malo en rectificar?, absolutamente nada. Aunque también tenemos la opción de obviar todo esto y seguir redundando en la misma dieta par ver si somos capaces de mejorar con el tiempo...,esto sería algo parecido a darse un cabezazo contra la pared y al comprobar que nos duele seguimos golpeándonos para ver si después de 5 ó 6 veces el dolor se pasa. Esto simplemente es absurdo. 

   Por otro lado, la terrible asociación entre alta intensidad y dieta cetogénica puede tener nefastas consecuencias para determinados metabolismos, pero es cierto que en entrenamientos de moderada intensidad y larga duración puede ser, en cambio, una opción más que razonable, incluso la mejor (aunque no para mantenernos indefinidamente, pues corremos el riesgo de romper del mismo modo la plasticidad mitocondrial); fuera de estos casos, si nuestra actividad física es muy intensa es posible que la dependencia de los carbohidratos no pueda ser obviada completamente. El uso más eficaz de cuerpos cetónicos y de lípidos que nos otorga una dieta cetogénica puede contribuir a un menor uso del glucógeno y eso producir un retardo en la fatiga, pero cuando las intensidades se disparan, el único combustible apropiado, querámoslo o no, es la glucosa. Si estamos constantemente trabajando en este tipo de intensidades es posible que una dieta cetogénica no sea nuestra mejor baza, tal vez, podríamos conseguir un mejor rendimiento con una dieta cetogénica ciclada, o más sencillo, olvidarnos de las cetogénicas e introducir la cantidad óptima de fuentes saludables de hidratos de carbono, esto no quiere decir que saltemos al otro extremo, pero empezar con una dieta baja en hidratos puede ser mejor que hacerlo directamente con una cetogénica..., para cambiar en cualquier sentido siempre hay tiempo (esto se llama flexibilidad o..., ¿sentido común?). 

   Hemos pasado del uso indiscriminado de azúcares a la fobia estúpida e injustificada a todos los carbohidratos, y viceversa está sucediendo con las grasas. Cada uno debe encontrar la cantidad justa y adecuada, no sólo en función de su mejor o peor metabolismo, sino también de la actividad física que realiza. 

  Volvamos a la idea del principio. El estado fisiológico del ser humano se llama FLEXIBILIDAD METABÓLICA. Un metabolismo altamente adaptable es el que mayores beneficios nos otorgará en cualquier circunstancia. Esto es como utilizar un coche de carreras llevando siempre el mismo tipo de neumático, ¿no sería más razonable cambiarlos en función del tipo de conducción y estado de la calzada?, S I N    D U D A

  Incluso con una dieta cetogénica se podrían tener efectos adversos si esta no es contenida en calorías; cualquier aumento de tejido adiposo nos conducirá a un aumento de la hipertrofia del adipocito (también hiperplasia), y sin duda esto podría aumentar la inflamación, y esta de su mano traería la resistencia a la insulina y la leptina..., al final de lo que se trata también es de racionalizar las calorías ingeridas, esto es extremadamente importante, no digo que el efecto saciante que puede producir una dieta cetogénica no nos facilite las cosas enormemente al disminuir el ansia que nos precipita a la nevera, pero no será suficiente si por nuestra parte el control es nulo

  Pero además hemos de tener en cuenta una cosa que parece desconocerse. Muchos de los que realizan dietas cetogénicas son personas relacionadas con el mundo del fitness o del culturismo. Utilizar este tipo de dieta en cualquiera de los dos casos puede ser sensato si se hace por un periodo concreto con el fin de definir, pero lo de aumentar la masa muscular...,o se realiza además un ciclado de carbohidratos cada X días o mucho me temo que estamos hablando de una misión muy difícil. Bueno, muchos de los que trabajan con el fin de hipertrofiar su musculatura conocen una proteína clave implicada en este proceso..., me refiero mTOR, pues bien, las dietas cetogénicas y mTOR no han sido presentados, ¿cómo?, significa que aumentar la masa muscular mientras se mantiene una cetogénica es muy complicado, pues inhibe a mTOR (aquí), ojo que esta dieta si que se lleva muy bien en cambio, con otra vieja conocida (quizás más en el entorno paleo), AMPK, esta es la proteína clave que propicia una mayor oxidación de sustratos con el fin de mejorar la relación ATP/ADP. Esto significa que estamos más facultados para "definir" que para "crecer", y motivo este para que parezca que estamos más "grandes" cuando hacemos una dieta cetogénica, pero la realidad es que dificilmente esto ocurrirá de un modo consistente.

  Pero..., bueno, mejor lo dejo aquí y continúo en otro post  que este se me ha hecho largo je,je

4 comentarios:

  1. Hola y enhorabuena de nuevo.
    Simplemente comentarte que me parece que..., además de una fuente de información técnica importante, pones en el panorama, un necesario punto de cordura y lógica, que todos debemos tener en general y del que algunos nos alejamos con relativa facilidad.
    Gracias.

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  2. Magnífico artículo, lleno de coherencia, mostrando el mejor escenario del ser humano, "la capacidad de adaptarse al medio y evolucionar" la flexibilidad metabólica... lastima que exista tanta información por Internet que al final nos lleve a un caos... y todo porque hemos perdido la capacidad y el instinto de lo que es realmente la alimentación del ser humano.

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  3. Carlos, el artículo me parece muy sensato, y esto de acuerdo con lo que dices. Pero me salta una duda. Sobre hacer una dieta muy baja en carbohidratos, y aunque a uno le vaya mal, seguir haciéndola, dices “también tenemos la opción de obviar todo esto y seguir redundando en la misma dieta para ver si somos capaces de mejorar con el tiempo”, y sugieres que en ese caso debería dejarse de hacer. Pero creo recordar que hace meses contaste que cuando empezaste a hacer una dieta muy baja en carbohidratos al principio te sentías mal, como débil, bajaste el rendimiento, pero la mantuviste unos meses, y tras esos meses el rendimiento aumentó, y te empezaste a sentir mejor que antes. ¿No es así?

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  4. ¡Hola Jose!, y es cierto, mi inicio con las dietas cetogénicas no fue tan brillante como cabría esperar, de hecho tardé como, como mencionas, varios meses en experimentar un aumento en el rendimiento (también me estaba adaptando al entrenamiento en ayunas). Las dietas cetogénicas son fantásticas para ADELGAZAR, sobre todo cuando la combinas con una dieta baja en hidratos pero no cetogénica. Pero, fuera de la pérdida de peso, cuando las utilizas para aumentar el rendimiento, sólo pueden funcionar en deportes de corte aeróbico (fibras rojas). La alta intensidad necesita de glucosa y bastante diría yo. Por tanto, si lo que se pretende es aumentar el rendimiento en este tipo de actividades, las dietas cetogénicas sólo podrían funcionar en entrenamiento breves que no lleguen a consumir el glucógeno muscular completamente. Pero si el entrenamiento, además de intenso, tiene cierta duración y de este modo te ejercitas todos, todos los días, podría no ser suficiente la gluconeogénesis como para reponer los tanques de glucógeno ( al menos parcialmente) para que puedas rendir medianamente. Esto podría llevarte al desgaste prematuro (aumento de hormonas contrarreguladoras) y de aquí al sobreentrenamiento sólo hay un paso.

    Por tanto, la flexibilidad metabólica creo que es el estado más adecuado para los que tenemos entrenamientos versátiles pero mayormente centrados en la alta intensidad, aunque sólo una vez alcanzado el peso óptimo.

    ¡Un saludo!

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