martes, 20 de noviembre de 2012

LA TIROIDES Y LA REGULACIÓN DEL PESO

    Dada la importancia de la glándula tiroides en la regulación del peso, vamos a ver como nuestros hábitos pueden influir en una menor segregación de hormonas tiroideas, que no solamente tendría como consecuencia un mayor aumento de peso, sino además una serie de trastornos un tanto difusos, que en un primer momento poco o nada parecen tener que ver con el funcionamiento de dicha glándula.

  Pero primeramente veamos como se produce la hormona tiroidea en nuestro organismo:
  • El hipotálamo controla los niveles de hormona tiroidea circulantes en el cuerpo y produce hormona liberadora de tirotropina (TRH).
  • La TRH actúa sobre la hipofisis anterior para producir tirotropina TSH
  • La TSH actúa sobre la glándula tiroides para que produzca la tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). La T4, en mayor cantidad que la T3, pero mucho más activa ésta ultima.
  • La T4 se convierte en T3 más activa por el sistema enzimatico deiodinasa, principalmente en el hígado, intestino, músculo esquelético, cerebro y la propia glándula tiroides.
  • Y finalmente es transportada, unida a proteínas, a los distintos tejidos.
  Las principales funciones de las hormonas tiroideas en el organismo son las siguientes:
incremento la frecuencia y el gasto cardíaco, aumenta el metabolismo de las proteínas y carbohidratos, aumento de la tasa de ventilación, incremento el metabolismo basal, aumento la temperatura del organismo, aumento los receptores de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), amplificando la respuesta del sistema simpático (el que prepara para la acción), etc. Pero cuando por una serie de motivos, que veremos a continuación, la  T3 es baja, o una forma inactiva de la T3 (T3 reversa) es alta, aparte del consiguiente aumento de peso también podemos tener una serie de trastornos como: lentitud mental, depresión, demencia, estreñimiento, caída del cabello, intolerancia al frío, voz ronca, rigidez muscular dolor, etc.

   Pero, ¿qué es lo que puede desencadenar una menor cantidad de hormona activa T3?. Veamos las principales causas:

  • El Estrés físico o emocional. Parece ser que el cortisol evita que la T4 se convierta en la forma activa T3, aumentando en su lugar, la conversión a la forma reversa de ésta la rT3.
  • La inflamación, sea del origen que sea contribuye a una baja T3 y a un aumento de la rT3.

  • Disbiosis intestinal. Hay estudios en los que se ha demostrado que el lipopolisacárido (LPS), una endotoxina bacteriana, puede regular a la baja los niveles de TSH, T4 y T3, de éste modo  un sobrecrecimiento de nuestras bacterias intestinales patógenas podría ser el causante de una baja T3. Pero por otro lado, en el intestino se realiza hasta el 20 % de la conversión de la T4 en T3, para ello necesita de una enzima, la sulfatasa, la cual es producida por nuestra bacterias beneficiosas o simbióticas, por lo que una disminución de éstas llevaría igualmente aparejada una menor conversión.

  • Alteración en el nivel de glucosa en sangre. El exceso de hidratos de carbono en la dieta, trae como consecuencia que los niveles de glucosa también aumenten, por lo que el páncreas se vería forzado a segregar más insulina para que los niveles de glucosa se mantengan en rango, pero con el tiempo, los niveles inusualmente elevados provocaría una resistencia a la misma, por lo que para conseguir el mismo efecto, el páncreas se vería forzado, a segregar más y más insulina,  esta alteración puede conducir al síndrome metabólico y lleva aparejada una serie de trastornos como aumento de la obesidad abdominal, niveles altos de colesterol y trigliceridospresión arterial alta e inflamación, pero también acaba afectado a la glándula tiroides que podría aumentar la destrucción de la glándula en personas con enfermedad autoinmune. Del mismo modo los niveles de glucosa en sangre bajo, también acaban afectando a la glándula tiroides, pues las glándulas adrenales se verían forzada a segregar cortisol, para decirle al hígado que produzca más glucosa, y como ya hemos visto, el cortisol evita la conversión de la T4 en la T3, pero además parece que suprime la función de la pituitaria, y por tanto la tiroides tampoco funciona adecuadamente. 

  • Intolerancia al gluten. Varios estudios muestran una fuerte relación entre enfermedades autoinmunes y la intolerancia al gluten. El responsable parece ser la gliadina, ésta proteína del gluten se parece mucho a la de la glándula tiroides, y cuando por culpa de una permeabilidad intestinal entra en el torrente sanguíneo, podría suceder que nuestro sistema inmunológico, trate de destruirla al considerarla un agente extraño.



  Hemos visto, los principales motivos de una baja T3, revertir éste proceso significa que hay que evitar el estrés y reducir los niveles de cortisol, reducir la inflamación, evitar las fluctuaciones en los niveles de glucosa, mantener una flora intestinal adecuada que evite también la permeabilidad intestinal, y alejarnos de alimentos que contengan gluten (tanto cereales integrales como harinas) pues éstos contienen sustancias que inhiben la absorción de nutrientes, dañan nuestra mucosa intestinal, y  activan una respuesta autoinmune potencialmente destructiva y además de los problema digestivos mencionados, puede desencadenar en una inflamación sistémica, que afecte a las articulaciones, tracto digestivo, cerebro, piel, etc.

  Como siempre, una alimentación ancestral, parece ser la que más favorece un sistema hormonal equilibrado y potente, y nos mantiene en un estado óptimo de salud. Pero como siempre la última palabra siempre es nuestra.



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