jueves, 15 de noviembre de 2012

LA EFICIENCIA JUEGA EN NUESTRA CONTRA


   Cuántas veces, hemos escuchado la frase: "hemos de ser eficientes"; supongo que unas cuantas. Y en realidad la eficiencia puede ser muy importante si nos dedicamos a algún tipo de deporte competitivo, pero ésta en determinados momentos puede jugar en nuestra contra. Me explico. Cuando hablo de eficiencia me estoy refiriendo a la capacidad de ejecutar cualquier tarea economizando recursos, puede ser en una empresa, en un negocio, o en nuestra propia actividad deportiva. Economizar parece ser una labor muy importante, pero centrémonos en el plano físico.

    Muchas veces, cuando vemos una carrera popular, podemos ver la diferencia entre los primeros, los del centro y los que la cierran. Mientras que en los primeros, sus cuerpos por lo general suelen ir bastante erguidos, con amplia zancada,  respiración acompasada y  pisada silenciosa, a medida que los corredores van pasando por nuestro punto, vamos viendo una evolución, y no solo en su aspecto físico, sino también en su movimiento, pues sus cuerpos empiezan a mostrar una mayor flexión de rodilla y cadera, también una excesiva inclinación hacia delante, una respiración más agitada, y una pisada más sonora. Mientras que a unos, desplazarse les cuesta más bien poco, a otros en cambio, parece ser todo un suplicio. ¿Por qué sucede ésto?. La respuesta es la eficiencia. Mientras que los primeros economizan gasto energético para trasladarse más rápido, los últimos para poder llegar, han de emplear la máxima cantidad de energía posible. Es decir, el entrenamiento, la técnica y el peso adecuado, suponen un ahorro energético considerable, en comparación con aquellos con técnica más deficiente, cuerpos más pesados, y menor entrenamiento. 

    Volviendo al título: "La eficiencia juega en nuestra contra", parece ser una incongruencia, puesto que hablo de ella como algo negativo, y en realidad lo es, (siempre y cuando no se trate de una competición).  Me explico, cuando realizamos una sesión de pesas, o del entrenamiento que sea, inconscientemente estamos economizando gasto, puesto que de ésta forma podemos aguantar mejor la tarea que tengamos que realizar. Pero ésto no es buena idea, y hemos de luchar contra ésta tendencia que parece adherida a nosotros de manera innata. 

     Cuando nuestro afán, es la búsqueda del máximo desarrollo posible para nuestro físico, hemos de tener en cuenta el concepto de eficiencia, y centrarnos más que en el economizar gasto, en todo lo contrario, pues de éste modo podremos empujar nuestro organismo a su máxima expresión. El concepto de eficiencia siempre está relacionado con el movimiento, y éste a su vez con el ritmo, y para provocar todo ésto necesitamos de músculos, tendones, ligamentos, y PALANCAS. En el concepto de palancas es donde se asienta la capacidad de economizar. Todos sabemos lo mucho que puede costar mover un peso, pero Arquímedes con una magistral frase lo resume muy bien "Dadme un punto de apoyo y moveré el Universo". Es decir, para mover un peso necesito un punto de apoyo, y una palanca.  Y ésto mismo es lo que produce el movimiento y nuestra capacidad de ahorro. Cuando levantamos un peso buscamos un ángulo que favorezca el movimiento para que nos cueste menos, y la reiteración en ese movimiento nos da un ritmo. Así pues tendremos finalmente una serie llevada a un ritmo donde instintivamente hemos economizado el gasto. Teniendo ésto presente, hemos de buscar el ángulo que contribuya a todo lo contrario. Busquemos el movimiento que sea más "antinatural posible",  para forzar al musculo al desgaste y no al ahorro.

    Si estáis acostumbrados, a moveros en una gimnasio de pesas, observad la ejecución de los ejercicios que realiza la mayoría de la gente; buscan pesos elevados, pero por contrapartida están economizando en el movimiento. Esto es una incongruencia. Ajustemos los kilos manejados y busquemos la INEFICACIA DEL MOVIMIENTO, ésto es el ángulo más desfavorable para mover esos kilos. Evitemos balanceos, y movimientos innecesarios,  ellos surgen con el único fin de ayudarnos al ahorro de energía. Hemos de recordar que estamos entrenando y no compitiendo. En una carrera, sí es importante buscar economizar el movimiento para hacerlo más eficaz, pero en el entrenamiento lo que buscamos es fortalecer esa musculatura al máximo.

    Pero no solamente se economiza en el ángulo, también se puede obtener un gran ahorro, en la velocidad y  el ritmo de ejecución. Sabiendo ésto, busquemos una velocidad de ejecución, que nos endurezca más el movimiento, y una vez encontrado, mantengamos el mismo ritmo desde el inicio del ejercicio, hasta la finalización del mismo. Experimentemos, con éstos conceptos y dejemos que los jueces: QUEMAZÓN Y DOLOR, dictaminen si hemos conseguido, o no, nuestro objetivo de ser poco eficientes con el movimiento.

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