martes, 13 de noviembre de 2012

HÍGADO GRASO

   Si la salud, es algo que nos preocupa, hemos de mirar primeramente el estado de nuestros intestinos y posteriormente el hígado. Del correcto funcionamiento de ambos órganos,  va a depender en buena medida nuestra salud en general.

   El hígado, desempeña múltiples funciones en el organismo como el metabolismo de los lípidos (síntesis de colesterol y trigliceridos) metabolismo de los hidratos de carbono (gluconeogénesis: formación de glucosa a partir de aminoácidos, lactato y glicerol. glucogenólisis: fragmentación de glucógeno para liberar glucosa en la sangre. glucogénesis: es la síntesis de glucógeno a partir de la glucosa), producción de bilis (necesaria para la digestión de las grasas, mediante su emulsión), síntesis de proteínas y lipoproteínas, neutralización de toxinas, transformación del amonio en urea, deposito de vitamina B12,A, E, D y K hierro, cobre, depósito de glucógeno, produce cuerpos cetónicos cuando la glucosa está baja, etc. 

  Pero de todas éstas funciones me voy a centrar en la primera, en el metabolismo de los lípidos, es decir en la formación de colesterol y trigliceridos. 

  Cuando nos realizamos una analítica, y vemos que tenemos el colesterol y trigliceridos altos, al primer culpable que se suele mirar es precisamente a las grasas, por ello y siguiendo ésta visión simplista del colesterol, lo primero que hará el médico es modificar nuestras pautas alimenticias eliminando los alimentos con grasas y colesterol. ¿Ésta es una buena idea?. La respuesta es rotundamente no. El hígado para producir dichas sustancias necesita primeramente la materia prima necesaria, y ésta no viene precisamente de las grasas, sino más bien, los hidratos de carbono, la fructosa, los aceites vegetales poliinsaturados tipo omega-6, y el alcohol.

  Cuando se consume una dieta muy rica en azúcares, éstos se transforman en glucosa que sirve para obtener energía para la célula, pero cuando no se requiere, ésta se almacena en el hígado y en el músculo en forma de glucógeno, éstos depósitos de apenas 500gr, son repletados con facilidad, entonces el hígado se encuentra con un problema, pues tiene una sustancia que es la glucosa, circulando por el torrente sanguíneo, que ha de ser reducida del mismo para evitar su toxicidad, la única manera que le queda, una vez que los depósitos de glucógeno están repletos, son convertirlos en colesterol y trigliceridos,  y posteriormente, exportarlos fuera del hígado, para depositarlos en el tejido adiposo. 

  Por otro lado, la fructosa, que es un monosacárido, tiene sus particularidad a la hora se ser metabolizado, puesto que éste, junto con el alcohol, solo lo hace en el hígado, y no en el músculo esquelético, pero además en combinación con los aceites industriales poliinsaturados, parecen producir resistencia a la insulina y contribuir a la formación de hígado graso. 

   Es decir, cuando el hígado, en su proceso de trasformación de determinadas sustancias a grasas (con el fin de evitar la toxicidad que éstas podrían causar en todo el organismo), se ve desbordado e imposibilitado para exportar esas grasas al tejido adiposo, podría originarse un del hígado graso no alcohólico.

  Pero, ¿por qué el hígado se ve desbordado en ésta función?. Parece ser, que además de la saturación en éste tipo de alimentos, el hígado para poder excretar toda ésta grasa que fabrica de ellos, necesita una sustancia llamada colina, que es un tipo de vitamina del grupo B, en concreto B7,  que ayudaría a transportarlas hasta el adipocito, así pues, una deficiencia de éste podría suponer que progresivamente  se fuese acumulando más grasa en éste órgano contribuyendo a su deterioro,  o incluso, en el peor de los casos, degenerar en un cáncer hepático. 

  Así pues, una buena idea para revertir o impedir un hígado graso, pasa por adquirir una alimentación que limite o elimine sus precursores, como azúcares, harinas refinadas, fructosa, aceites industriales poliinsaturados tipo omega-6, y alcohol, y a la par aumentar los alimentos que sean ricos en colina para poder exportar esa grasa fuera del hígado. Los alimentos más ricos en dicha sustancia son las yemas de huevo, vísceras, principalmente el propio hígado, bacalao, mariscos, pollo, pescado, aunque también se pueden encontrar fuentes vegetales como el ajo, berenjena, cebollas, espinacas, coliflor, diente de león , apio, almendras, nueces, etc, pero éstas son menos importantes.

   Dejo un enlace con la cantidad de colina de los distintos tipos de alimentos
http://www.meboresearch.org/COLINADEALIMENTOSCOTIDIANOS-1.pdf

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