viernes, 24 de octubre de 2014

ESPECULANDO CON UNA DIETA ALTA EN GRASAS

   Decir que todos vamos a responder del mismo modo al llevar una dieta alta en grasas es, quizás, decir mucho. Es cierto que todos compartimos, en principio, un metabolismo común, y aunque no es infrecuente que se utilicen ratones para realizar determinados estudios, las conclusiones no siempre son perfectamente extrapolables, por eso siempre es preferible ceñirse a los estudios realizados en personas, pero aún en este caso, los resultados arrojados podrían no mostrar demasiadas certidumbres. Pero es lo que tenemos, está claro que muchos interesados pueden aprovechar "algunos flecos sueltos" en el procedimiento para torcer las conclusiones. 

   A lo que íbamos..., que como empiece a irme por las ramas desde el principio no acabo este post en varias semanas.

  Al llevar una 
dieta alta en grasas nuestro organismo tiende a promocionar una serie de adaptaciones con el fin de poder oxidar esos lípidos de manera más eficaz. Pero esta respuesta puede variar en función de nuestras propias características, esto significa que una persona delgada podría estar en mejor disposición de hacerlo que otra obesa. La pregunta que cabría hacerse es por qué sucede esto. Parece ser, que mientras los primeros son capaces de aumentar la expresión de genes implicados en la oxidación de lípidos en el músculo esquelético, a las personas obesas y resistentes a la insulina parece atragantárseles esta cuestión como se muestra el siguiente gráfico.



            

   Las siguientes proteínas están implicadas de alguna manera en la oxidación de los lípidos, ¡veámoslo detenidamente!. Esta gráfica ha sido obtenida de este estudio (aquí). 

   En primer lugar, los receptores activados por el proliferador de peroxisomas (PPARs) y PPAR coactivador 1α  (PGC-αson receptores nucleares que regulan la expresión de determinados genes implicados en la regulación del metabolismo y que pueden ser activados por los propios ácidos grasos, en cuyo caso se aumentaría la expresión de genes relacionados con la mejora de la oxidación lipídica. En este sentido, PGC-1α regularía al alza la expresión de piruvato deshidrogensa quinasa 4 (PDK4) que funciona como un regulador negativo de la vía glucolítica al inhibir el complejo piruvato deshidrogenasa PDC que es el encargado de catalizar la conversión del piruvato (procedente de la degradación de la glucosa) a acetil Coa para su posterior entrada en el ciclo de krebs, favoreciendo de este modo la betaoxidación de ácidos grasos, es decir, se inhibiría la utilización de la glucosa para favorecer la oxidación de lípidos en el músculo esquelético.
  
  Por otro lado, la proteína UCP3, pertenece a las proteínas desacoplantes que se encuentran principalmente en el músculo esquelético. Su mayor expresión tiene una gran importancia cuando se lleva una dieta alta en grasas, ¿por qué?, bueno, esta proteína además de producir el desacoplamiento de la fosforilación oxidativa aumentando el flujo de protones desde el espacio intermembrana a la matriz mitocondrial favoreciendo con ello el aumento de temperatura (a expensas de la producción de ATP), también facilita la salida de ácidos grasos no metabolizados desde la matriz mitocondrial al citosol. Esta función es muy importante porque evita que esos ácidos grasos puedan ser degradados por las especies reactivas de oxígeno (ROS), creando peróxidos lipídicos que podrían comprometer la capacidad oxidativa mitocondrial. 

   Otra de las enzimas que vemos en ese gráfico es la carnitina palmitoiltransferasa (CPT1) que es encargada de permitir el acceso de ácidos grasos de cadena larga desde el citosol al interior de la mitocondria. Cuando se lleva una dieta baja en hidratos, la enzima Acetil CoA Carboxilasa (ACC) (que es la encargada de transformar el Acetil CoA en Malonil CoA, molécula clave en la formación de ácidos grasos) se encuentra inactiva, por lo que se reducen los niveles de Malonil, que es un inhibidor potente de CPT1. Es decir, menos concentración de malonil equivale a una mayor actividad de CPT1 y por tanto mayor betaoxidación mitocondrial de ácidos grasos. En cambio si la alimentación es muy rica en hidratos, los niveles de acetil CoA formados en el interior de la mitocondria darían lugar a niveles crecientes de citrato debido a la inhibición de la enzima isocitrato deshidrogenasa (ISD) por aumento de las concentraciones de ATP, forzando su salida de la mitocondria, formándose nuevamente Acetil CoA, que por acción de la ACC (ahora muy activa) se transformaría en Malonil (inhibiendo CPT1) que sería el paso previo para la síntesis de ácidos grasos de novo. (imagen obtenida de aquí)



  Como podemos en el gráfico anterior, todas estás enzimas reguladoras de la oxidación de las grasas se encuentran disminuidas en las personas obesas después de llevar una dieta alta en grasas por cinco días (resistentes a la insulina?). Esto no es positivo y es posible que esta menor adaptación a la oxidación de lípidos pueda tener mayores implicaciones en el futuro. Pero lo que sí debemos tener claro es que cuanto mayor sea el tiempo necesario para adaptarnos a la oxidación de los lípidos en una dieta alta en grasas mayor pueden ser los efectos adversos ocasionados en los diferentes tejidos, principalmente en el muscular, pues la menor oxidación de ácidos grasos podría favorecer su acumulación intracelular RESTANDO SENSIBILIDAD A LA INSULINA posteriormente. Pero no sólo debemos tener presente que la menor oxidación de lípidos se puede producir en condiciones de ayuno, sino que una menor utilización durante la actividad física podría predisponer a un consumo más elevado de glucógeno muscular, lo que puede disminuir además nuestro rendimiento.

  En el siguiente gráfico, obtenido del mismo estudio (aquí), se pone de manifiesto que en 
personas delgadas, después de llevar una dieta alta en grasas, se produce una disminución de la concentración de acilcarnitinas, esto refleja precisamente la mejora en eficacia mitocondrial en el uso de los lípidos. ¡Veamos este proceso detenidamente!


Un archivo externo que contiene una imagen, ilustración, etc Nombre del objeto es zeg0031178740003.jpg

   Cuando los ácidos grasos penetran en la mitocondria, a través del sistema transportador de la carnitina, pasarían al ciclo de la beta-oxidación donde serían cortados, de dos en dos carbonos por cada vuelta realizada en dicho ciclo hasta completar la escisión total del ácido graso (esto sería en el mejor de los casos). Luego esta molécula de dos carbono o también llamada acetil CoA ingresaría en ciclo krebs hasta su completa oxidación.

   Cuando aparecen acilcarnitinas significa que la escisión del ácido graso no ha sido completa. Cómo vemos, las personas obesas después de llevar una dieta alta en grasas sufren un incremento de las acilcarnitinas de cadena media, en comparación a lo que sucede con las personas delgadas, donde se aprecia una disminución de las mismas. Esto significa que las primeras tienen mayor dificultad para completar adecuadamente la escisión del ácido graso, generando más "residuos lipídicos". Sabemos que el problema sucede en la beta oxidación y no en la entrada en la mitocondria por la longitud del ácido graso; esto sugiere que no existen diferencias destacables en este punto entre sujetos delgados y obesos.

  Pero si ahora nos fijamos en el Piruvato, vemos que también existe una diferencia notable entre ambos grupos. En los sujetos delgados se ve un incremento del piruvato después de mantener por cinco días esa dieta alta en grasas. Esto significa que su metabolismo se encuentra más adaptado a la oxidación de grasas que de glucosa. Recordemos que el piruvato es un intermediario que procede de la degradación de la glucosa (bueno, también de determinados aminoácidos), el cual entraría en la mitocondria como acetil Coa gracias a la enzima piruvato deshidrogenasa (PDH). Pero como la alimentación es alta en grasas, se produciría la inhibición de esta enzima debido a los altos niveles de acetil coA procedentes de la beta-oxidación, lo que promovería una mayor concentración de piruvato. En cambio lo que sucede con las personas obesas es justo lo contrario, y después de mantener una dieta alta en grasas vemos que el piruvato desciende, lo que significa que siguen empleando la glucosa de manera más amplia. En resumidas cuentas, vemos como el incremento de acilcarnitinas de cadena media, junta a la disminución de piruvato, sugiere una PEOR ADAPTACIÓN A UNA DIETA ALTA EN GRASAS, en comparación con los sujetos delgados.

   Pero si nos fijamos hay algo también que resulta reseñable. Antes de iniciar la dieta alta en grasas vemos que las diferencias entre delgados y obesos también son destacables. Los primeros tienen mayor concentración de acilcarnitinas y menor de piruvato, y en los segundos sucede exactamente lo contrario; presentan menor cantidad de acilcarnitinas y bastante mayor concentración de piruvato. Esto sugiere que en una dieta estándar, más rica en hidratos de carbono, las personas delgadas exhiben mayor facilidad para usar este macronutriente, no así las personas obesas que se ven más limitadas en su uso. A esto se le llama flexibilidad metabólica y las personas obesas, resistentes a la insulina y/o diabéticas presentan un alteración de esta importante capacidad. 

   Aunque en una dieta baja en hidratos de carbono (alta en grasas), los sujetos obesos se muestran menos eficaces a la hora de manejar este macronutriente, vemos también que se acercan más a lo que ocurre con las personas delgadas en una dieta alta estándar..., ¿esto sugiere que una dieta para una persona obesa y resistente a la insulina debería ser moderada en hidratos? (destaco en rojo porque considero que en realidad esta es la cuestión más importante), puede que sí, al menos si atendemos a este otro estudio, donde se sugiere que para la perdida de peso la composición de la dieta óptima depende precisamente del grado de sensibilidad que se tenga a la insulina, de tal forma que las personas sensibles a la insulina podrían obtener mayor beneficio en una dieta más alta en hidratos, y viceversa, las personas resistentes a la insulina mostrarán mayor eficacia en una dieta baja en hidratos.

   Pero también creo, a tenor de este otro estudio (aquí), que una persona obesa y resistente a la insulina, y por tanto, con una flexibilidad metabólica alterada debería mantener una cierta contención calórica si opta por llevar una dieta alta en grasas. Copio de este mismo estudio:

"Las personas capaces de aumentar rápidamente la oxidación de grasas en respuesta a los cambios en la ingesta de grasas, a la larga tienen una acumulación de grasa muscular menor y son menos propensos a la resistencia a la insulina en comparación con los que se adaptan más lentamente. Considerando un consumo de energía de 2500 kcal / día (el consumo de proteínas 20% de la energía total), los individuos metabólicamente inflexibles acumularían  200 g más grasa que los sujetos flexibles después de 1 semana de una dieta alta en grasas (60% de la energía total)."

  Pero hay algo que también quizás sería reseñable, y es que, tal vez, los cambios constante en la composición de macronutrientes podrían ser perjudiciales para aquellas personas que son obesas resistentes a la insulina, esto significa que al mantener una dieta alta en grasas durante unos cuantos días y volver a una dieta estándar alta en hidratos de carbono por otros pocos días, se podría estar propiciando un incremento de lípidos en el interior de las fibras musculares menoscabando aún más la sensibilidad a la insulina. En base a esto podría ser cuestionable realizar una dieta ciclada de carbohidratos, donde se sigue una dieta cetogénica o muy alta en grasas durante unos cuantos días y luego a continuación se cambia radicalmente a una elevación de los carbohidratos. Esto que se hace con el fin de producir un relleno del glucógeno muscular y evitar descensos acusados en la leptina podría ser contraproducente para estas personas. Supongo que serán necesario más estudios en este sentido, pero creo que los que realmente pueden beneficiarse de este plan son aquellas personas que mantienen una adecuada flexibilidad metabólica, pues esto les permitirá adaptarse rápidamente a estos cambios introducidos en los macronutrientes de las dieta.

7 comentarios:

  1. A ver, te doy mi impresión del estudio y me corriges, que ando liado y he hecho lectura rápida. Dieta isocalórica de un 65%HC, 15% de protes y un 25% hidratos, para delgados y obesos. Mejor adaptación metabólica y aumento en la eficiencia del metabolismo lipídico en delgados. En personas obesas tras dieta alta en grasas desciende el piruvato, lo que indica que sigue empleando la glucosa en lugar de las grasas como sustrato energético, seguramente por falta de esa flexibilidad metabólica. Pero lo que yo no veo es que sacar en aplicación práctica en el estudio. Me explico, en obesos con seguramente con una mala sensibilidad a la insulina, yo de entrada nunca le pondría una dieta isocalórica. Seguramente y como enlazas en estudio, estoy seguro que conseguiría una mayor perdida de peso y una mejora importante de marcadores (inflamatorios y de riesgo cardiovascular) con una dieta muy baja en carbohidratos (yo los bajaría más del 25% del estudio, y entonces analizaría el piruvato y estoy casi seguro que con dieta hipocalórica (yo soy de los que creo q las cetogénicas empleadas para perdida de peso también han de ser llamadas hipocalóricas), sí creo que aumentará el uso de grasas como sustrato. Y bueno, yo creo que al reducirse el peso, y si no prolongamos indebidamente la dieta cetogénica en el tiempo, y empezamos un programa progresivo de ejercicio físico, mejorará la sensibilidad a la insulina y podremos a medio plazo, aumentar hidratos, aumentar intensidad, conseguir flexibilidad metabólica y conseguir una dieta más sostenible en el tiempo, y seguramente más beneficiosa para nuestra microbiota que una dieta cetogénica.

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    1. ¡Hola Rubén! El título del post es “especulando con un dieta alta en grasas” y eso es lo que estamos haciendo, ¿verdad?

      Bueno, el estudio me parece bastante esclarecedor sobre las diferencias metabólicas entre personas obesas y delgadas. En una dieta ALTA EN HIDRATOS, las que son delgadas utilizarían adecuadamente este macronutriente, mientras que limitaría la oxidación de grasas. Los obesos, por contra, tienen dificultades para metabolizar los hidratos de carbono y en su lugar se muestran más eficaces en el uso de los ácidos grasos. Cuando se cambia a una dieta ALTA EN GRASAS, los sujetos delgados realizan una rápida conmutación para usar mayoritariamente este macronutriente mientras que relegan la utilización de la glucosa. No así las personas obesas que oxidarían peor este último macronutriente, mejorando algo la utilización de la glucosa. En otras palabras, hacen lo contrario a lo que realmente deberían hacer. Pero en cualquiera de los dos casos la glucosa (por los niveles elevadísimos de piruvato) es el macronutriente más problemático para las personas obesas (resistentes a la insulina). Por ello creo que una moderación de este macronutriente es lo más adecuado. Hay que pensar que la glucosa, al igual que la grasa, puede seguir dos vías: la oxidativa y la acumulativa, si la primera falla queda la segunda; mientras podamos “reducir” los niveles de glucosa convirtiéndola en grasa los problemas no serán graves, cuando exista también problemas en esta segunda vía la cosa se pondrá bastante más seria (caso de resistencia a la insulina en tejido adiposo). Este estudio pone patente la inflexibilidad metabólica de las personas obesas, lo que las impide conmutar rápidamente entre hidratos y grasas ante las alteraciones que pueden sufrir estos macronutrientes en una dieta estándar no organizada, donde unos días pueden ser muy elevados en grasas, otros ser los hidratos los mayoritarios o incluso que la dieta sea rica en ambos.

      Pero cuestiones como UCP3 son también muy importantes, su menor expresión en las personas obesas sin duda tiene mucho que ver con los problemas que se pueden sustanciar con el uso de los lípidos, pues la mayor generación de ROS que esto causa y la menor “exportación” de aniones de ácidos grasos fuera de la mitocondria eleva la producción de peróxidos lipídicos, que pueden finalmente inducir una menor capacidad oxidativa mitocondrial. Cuanto peor sea esa función mitocondrial mayor será la inflexibilidad metabólica.

      Por ello es tan importante añadir ejercicio físico y dieta, de hecho este es el tándem más eficaz para tratar esta problemática, y el procedimiento que tú mencionas creo que es, sin duda, el más correcto.

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  2. Cuando hablas de dietas ALTAS en grasas a qué te refieres exctamente?

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  3. Al porcentaje referido en el estudio, pero tienes razón no lo había puesto: 65% grasas, 15% proteínas y 25% de hidratos de carbono.

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  4. Hola. Una persona normal q empieze una dieta cetogenica y le vaya bien y siga bajando de peso pero siente hinchazon abdominal y va con mayor frecuencia al baño, porq podria suceder esto? Gracias.

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  5. ¡Hola!, en principio lo desconozco, pero podría ser por una menor capacidad de tu organismo para hidrolizar (degradar) las grasas de la dieta. Para poder absorber los triglicéridos provenientes de los alimentos estos deben ser primeramente emulsionados por los ÁCIDOS BILIARES y luego degradados completamente a diglicéridos, monoglicéridos y ácidos grasos por las diferentes LIPASAS pancreáticas, si no se produce en cantidades suficientes podrían alterar el normal funcionamiento intestinal provocando inflamación y diarrea (esteatorrea). Es posible que estas alteraciones puedan desaparecer con el tiempo, pero si no es así consúltalo a un médico.
    ¡Un saludo!

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  6. He empezado una dieta rica en grasas desde hace una semana, bajando los carbohidratos al mínimo. los últimos días me he dado cuenta que aumenta mi temperatura corporal estando en reposo. Pensarías que tiene que ver con la proteína UCP3? (hablas de un aumento de temperatura, pero no entiendo a que te refieres). Sería signo de una buena adaptación a la dieta o de una mala? Gracias de antemano.

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