viernes, 25 de julio de 2014



LA GRASA PARDA, CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE...

    No son pocas las veces en las que he hablado de la grasa parda (BAT) como un tipo de tejido que tiene una particularidad especial con respecto al tejido adiposo blanco, y es su capacidad de generar calor a expensas de los ácidos grasos, aunque no solamente a su favor se encuentra este mayor gasto de energía en reposo, sino también el marcado aumento de la sensibilidad a la insulina y la disminución de la glucosa en plasma que ocasiona. Es por ello que BAT presenta interesantes propiedades antidiabéticas, y lo bueno es que su actividad puede ser impulsada con la simple exposición al frío..., pero si hay algo que he aprendido es que no hay nada definitivamente bueno, y no hay nada malo que lo sea en cualquier circunstancia. Y esto es lo que podría ocurrir con BAT. 


   El cáncer y otras enfermedades pueden estar acopladas a un proceso destructivo denominado caquexia caracterizada por: inflamación sistémica, pérdida de peso corporal y atrofia del tejido adiposo blanco y muscular, que finalmente podría conducir a la muerte. Ahora se han dado cuenta que en la caquexia, la grasa blanca se convierte en BAT lo que conduce a un mayor consumo de energía y el desgaste de órganos. Esta activación de BAT procede de la inflamación crónica como la producida por la citoquina IL-6, por ello los antiinflamatorios y el bloqueo receptores β-adrenérgicos podrían disminuir la transformación del tejido adiposo blanco en marrón disminuyendo la gravedad de la caquexia. 

  Mientras unos tratan de aumentar la grasa parda para evitar los problemas asociados a la obesidad y la diabetes, prolongando con ello la vida, otros, en cambio, se centran en los procesos que llevan a su reducción para evitar la muerte precipitada que la caquexia procura...


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