Los pesos muertos, arrancadas (snatch), las sentadillas (squat), el dos tiempo, etc, etc, son movimientos empleados habitualmente en halterofilia, aunque no con exclusividad; en otra época, el culturismo también se nutrió de ellos como parte de una rutina encaminada al trabajo sistemático de grandes grupos con los que dotarse de buena calidad y desarrollo muscular. Luego, la sofisticación de las máquinas y aparatos empleados en ciertos gimnasios, fue apartando progresivamente aquellos movimientos de las rutinas habitualmente empleadas, aunque también entendieron que podrían ser peligrosos para un tipo de público que sólo pretendían buscar la mejora del acondicionamiento físico. Además el grado técnico de preparación requerido por los monitores de aquellos primeros centros no era lo suficientemente elevado como para prescribir este tipo ejercicios de forma habitual.
Ahora, el crossfit parece recoger aquella vieja estela dejada por el culturismo al volver a incluirlos como parte de una rutina de ejercicios altamente funcionales.
Pero el crossfit no solamente utiliza los movimientos olímpicos; también emplea el peso del propio cuerpo y eso me gusta más, mucho más. La idea es buena, y creo que se puede conseguir un gran estado de forma física utilizando este esquema de movimientos funcionales, lo que mejorará, sin duda, la resistencia, la flexibilidad, la velocidad, la fuerza y la coordinación (aunque esto también puede ser bastante discutido por muchos). El problema principal es que si despojamos al crossfit del los movimientos olímpicos, estaríamos cercenando una de sus mayores virtudes y menoscabando, por ello, parte el éxito que este deporte parce tener. Por otro lado, el crossfit sin ese tipo de levantamientos quedaría reducido, tal vez, a simples circuitos de agilidad, los cuales ya eran habitualmente empleados como complemento de otros deportes.
Yo fui de aquellos que utilizó los movimientos de halterofilia como parte de la rutina habitual de pesas; es cierto, me encantaba. Aunque por aquel entonces era bastante infrecuente ver quien los realizara, al menos en el gimnasio al que acudía, y el monitor, aunque bien formado en los movimientos convencionales o habitualmente empelados no era un experto en esos otros, y siempre miraba con recelo a quienes los ejecutábamos; por aquel entonces no contaba ni con 20 años.
Pocos años después empezaron las primeras lumbalgias, ¡ojo!, no estoy señalando a los movimientos olímpicos como los culpables de una incipiente lesión de columna, porque además de emplear los habituales de culturismo también practiqué taekwondo, atletismo y boxeo entre otros, por tanto, cualquiera podría haber sido el culpable, o tal vez ninguno de ellos. Esto último resulta bastante relevante, porque muchas de las personas que presentan lumbalgias recurrentes, o hernias discales son sedentarias y nunca han realizado ninguna actividad física de manera habitual, sino todo lo contrario y suelen definirse por pasar muchas horas sentadas.
Pero es cierto, que los discos lumbares pueden aguantar mucho mucho mucho, de hecho nada más que tenemos que ver los descomunales pesos que son levantados por algunos deportistas sin acusar por ello ningún tipo de molestia. El caso es que el disco puede estar sufriendo un proceso de degradación, sin percibirse nada absolutamente, y para ello no es necesario levantar grandes kilos; las malas posturas, los movimientos incorrectos, la debilidad de la faja abdominal y por supuesto una mala alimentación podrían propiciar esta situación. Generalmente todo comienza con una ligera fractura por estrés en el cartílago que une la vertebra con el disco, esto produce un sangrando que desencadena una reacción del sistema inmunitario, la cual puede debilitar el anillo fibroso, comprometiendo su posterior integridad. En esta situación soportar cargas con la columna flexionada puede dar lugar a una mayor degeneración del anillo hasta que finalmente aparece una protusión o una hernia.
En mi caso las lumbalgias en un principio eran esporádicas, de unos cuantos años, luego, progresivamente, el espacio entre una y otra fue disminuyendo, hasta llegar a una por año; aunque no solo aumentó la frecuencia también lo hizo la intensidad del dolor y el tiempo necesario para recuperarme. Mi consejo para todos los que realizan crossfit, halterofilia, culturismo, o simplemente que manejan cargas de muchos kilos, es que si con anterioridad han sufrido alguna lumbalgia deben extremar las precauciones porque tal vez el disco intervertebral podría estar debilitado y en esta situación levantar muchos kilos podría propiciar una lesión grave como me paso a mí finalmente. En el caso particular del crossfit, el peligro quizás se encuentre en la combinación de movimientos olímpicos y fatiga, un dúo siniestro que puede propiciar movimientos o gestos incorrectos fruto de una mala coordinación, por tanto, mucho cuidado en este sentido. Para todos los demás que nunca han acusado ningún problema lumbar, creo que ningún consejo en este sentido, tan solo ser HIPER RIGUROSO CON LA TÉCNICA SIEMPRE SIEMPRE, y ante la más mínima molestia dejar por un tiempo los levantamientos olímpicos.
Pero el crossfit, además de utilizar este tipo de levantamientos tiene otra particularidad que conviene destacar, y es la elevada intensidad que suele emplear. Yo soy un amante de la alta intensidad, me encanta, pero es cierto que el exceso de alta intensidad aumenta los niveles de estrés en organismo y con ello el cortisol, de esto ya hable en el anterior post (Aquí). Si sumamos cortisol y restricción calórica podríamos tener muchos problemas para alcanzar unos objetivos que sean saludables. Muchos de los que llegan al crossfit no están preparados para la alta intensidad, y esto es así, porque nunca han realizado con carácter previo ningún tipo de actividad física. Creo que este deporte solo debería se empleado después de unos cuantos años realizando cualquier otro deporte. En la vida todo debe llevar un cauce, y la progresividad es la condición más importante para que nuestro organismo pueda responder de forma satisfactoria. Entiendo que muchas personas que han mantenido una vida sedentaria además de una mala alimentación tengan la imperiosa necesidad de cambiar sus viejos hábitos por otros más saludables, pero enfrascarse en deportes como el crossfit, sin una base previa, puede ser contraproducente no sólo para su salud sino también para alcanzar el estado físico esperado.
Pero además el crossfit es un deporte basado en el movimiento, mejor dicho en la eficiencia del movimiento. Creo que una persona no debería trabajar únicamente este aspecto, tal vez, con carácter previo, o bien como complemento a esta actividad, se debería trabajar con rigurosa ineficiencia (ya he hablado de ello). Esto puede ser muy positivo para evitar que el movimiento enmascare determinadas debilidades musculares. En este sentido y a modo de ejemplo, (ya lo he contado en otra ocasiones) yo he visto a alguno realizar más de 30 "dominadas" con un penduleo constante (con kipping) y a la hora de realizar las pruebas de bombero no llegar a las 15 requeridas, por tanto el movimiento sí, pero que eso no sirva para evitar el trabajo pulcro de nuestra musculatura.
Bueno, resumiendo, el crossfit es un buen deporte, pero con las salvedades mencionadas:
- Precaución con los levantamientos olímpicos para aquellos que ya han tenido alguna lumbalgia con carácter previo.
- No abusar de la alta intensidad, principalmente para los que no tienen un buen estado de forma o llevan mucho tiempo sin realizar ningún otro deporte.
- Trabajar también con rigurosidad; controlando perfectamente el peso manejado y evitando que las inercias sirvan para enmascarar ciertas debilidades muscular.
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