miércoles, 8 de mayo de 2013

EN BUSCA DE LA SALUD PERDIDA II

Pero después de esa mejora inicial comenzamos a apreciar una ralentización en nuestros progresos..., ya no se hace tan evidente la pérdida de peso, y ese estado de ánimo divertido del que habíamos hecho gala en los primeros compases de nuestra dieta, parece haberse esfumado, y en su lugar, una vieja sensación de intranquilidad, de sobra conocida por nosotros, parece volver a colarse en nuestro interior. Las energías iniciales con las que acometíamos todas las actividades cotidianas parecen difuminarse poco a poco a medida que transcurre el día, y ése sueño profundo y reparador del que hasta ahora habíamos gozado comienza a tornarse quebradizo e insuficiente ¿qué es lo que está ocurriendo?.



Bueno, analicemos la situación...., durante muchos años hemos podido llevar una vida con poca preocupación, ciertamente, por nuestra alimentación; había cosas "más importantes en las que pensar", ¿verdad?, pero lo que sí es cierto, es que en nuestra adolescencia hemos llevado la alimentación, que con su mejor intención nuestros padres nos brindaron, y en ella, alimentos como los cereales refinados, el pan, la pasta, y cierta bollería, pudieron conformar una parte sustancial de nuestra alimentación en los primeros compases de nuestra vida, pero a la que además habría que añadir refrescos, zumos, aperitivos y "chuches", eso sí, con cierta moderación porque, ya por aquel entonces, nuestros progenitores los miraban con cierto recelo aunque sólo fuese porque podrían producir caries. Pero no todo era tan malo en aquella época, ni mucho menos..., había algo que nos protegía de esa,digámoslo suavemente,  "pobre alimentación", y no era otra cosa que el JUEGO, sí efectivamente, la actividad física realizada en la década de los 70 y 80, era infinitamente superior a la que actualmente realizan los niños y adolescentes. Y ésto es muy preocupante.

Pero sin darnos cuenta, en aquellas primeras décadas de nuestra vida, incluso antes, estábamos jugando con los interruptores que encienden y apagan nuestros genes, y ésa flexibilidad metabólica que exhibió el ser humano de forma tan magistral en ésos duros momentos de su evolución, desapareció sin más para algunos.. ¿Qué significa todo ésto? que volver a desandar los pasos que de manera torpe han sido dados hasta el grado de menoscabar nuestra salud, es una tarea mucho más compleja de lo que pudiera parecer en un primer momento, porque lo ANTERIOR solapa habitualmente lo posterior, de tal forma que los interruptores de nuestros genes activados o apagados en esos primeros años de nuestra vida pueden condicionar el resto de nuestra existencia.

La obesidad, la inflamación, la resistencia a la insulina, el hipotiroidismo, las intolerancias, las alergias, las enfermedades autoinmunes, el alzheimer, el cáncer, etc, etc, etc, son enfermedades actuales fruto de dos cosas principalmente:

-Mala alimentación.
-Falta de actividad física.

¿Qué entiendo por mala alimentación?. Principalmente comida procesada, cargada de aditivos, como colorantes, edulcorantes, acidulantes, potenciadores del sabor, antioxidantes, y un largo etc, pero también grasas hidrogenadas, y como no, azúcar, azúcar y más azúcar. ¿Y los cereales?, también, pero principalmente aquellas especies que han sido modificadas genéticamente por el ser humano para hacerlas más resistentes y productivas, alterando de éste modo las proteínas originales y convirtiéndolas en extremadamente nocivas para la salud.

-¿Qué entiendo por actividad física?. Simplemente movimiento, con eso es suficiente, no necesitamos grandes sacrificios físicos para gozar de una buena salud, pero SÍ NECESITAMOS TIEMPO, la actividad física suave, pero duradera, es la que conformó nuestros genes en los momentos duros de nuestra evolución. Ésta es la base de una buena salud, pero ¿y el deporte de alta intensidad?, también es importante, claro está, pero menos, Y NO PARA TODO EL MUNDO, y ésto es algo que vendrá determinado principalmente por actividad física y la alimentación llevada a cabo en esos primeros 15 o 20 años de nuestra vida. Si antes de los 20 años no hemos realizado prácticamente ninguna actividad, muchos de esos genes que codifican las buenas aptitudes para el deporte sencillamente se habrán apagado. Con ésto no quiero decir que una persona no pueda tener buenas cualidades deportivas si empieza más allá de esa edad, pero seguramente de haber comenzado antes tendría mejores capacidades, y ¡ojo! que no me estoy refiriendo con ésto, al deporte de competición,  pues éste por contra puede suponer un desgaste prematuro.

Pero volviendo de nuevo a la paleodieta y los motivos por lo que las altas expectativas mantenidas en un principio se difuminan en el aire como volutas de humo con el transcurrir del tiempo,vamos a tratar de explicarlo con un ejemplo que para bien o para mal puede ser uno de nosotros mismos.

Bien, pongamos en nuestra imaginación a un sujeto de unos 30 años, con unos cuantos kilos de más, pero tampoco obeso, que además está perdiendo bastante pelo y eso le preocupa de sobremanera (será cosa de la edad ¿verdad?),  Es una persona que ha hecho muy poco deporte, quizás algunos partidillos de baloncesto con los amigos o compañeros de clase cuando estudiaba en la facultad, es decir hace bastantes años. Es una persona que suele tener cierto entumecimiento en la espalda, principalmente a la hora de levantarse, y por rachas,  las rodillas suelen dolerle con cierta intensidad. Sus digestiones sueles ser pesadas, lo que le provoca hinchazón y gases, y de vez en cuando, también tiene ardor de estómago cuando se pasa con las comidas y las cervezas los fines de semana. Ésta persona después de un chequeo rutinario en el trabajo, le encuentran el colesterol total y el colesterol LDL un poco alto, 240 mg/dl y 173 mg/dl respectivamente, y en esa misma tendencia los triglicéridos, pero nada preocupante, la tensión la tiene un poquito alta y descompensada, pero tampoco nada alarmante. Pero ésta persona, no está contenta con su salud, en su fuero interno sabe que las cosas no van del todo bien..., no tiene suficiente energía como para acabar el día, tiene cambios de humor, y además en su trabajo le están presionando bastante y eso le está repercutiendo en el sueño.

Bueno ésta persona ya había intentado en otras ocasiones cuidarse un poco más y hacer algo de deporte, pero al final siempre volvía a sus antiguos hábitos que incluían comida rica en azúcares, cereales, refrescos, alcohol, etc, etc. Hasta que un buen día, navegando por internet, encuentra una página que se llama NUTRIENTRENA, en la que se habla de la paleodieta, de los ayunos, de las dietas cetogénicas, de los hombres prehistóricos, etc, etc, etc. Y decide que va hacer la famosa paleodieta, entonces comienza retirando los cereales, los lácteos, las legumbres, y los azúcares en general, y comienza a introducir más frutas, verduras, carnes, pescados, frutos secos y huevos. Al poco tiempo de empezar con éstas modificaciones, empieza a encontrarse realmente bien; parece que los niveles de energía son cada vez más altos, sus dolores articulares casi han desaparecido, e incluso duerme mejor..., se siente nuevamente JOVEN. Entonces decide que el toque definitivo que le falta para rematar la faena es el deporte, y precisamente muy cerca de su casa han abierto recientemente un gimnasio de una importante cadena, por lo que decide apuntarse a mover algunos kilos y hacer algún ejercicio aeróbico en una de las muchas máquinas de las que dispone el centro, y aunque acaba exhausto, nuevamente vuelve a sentirse vivo. En éstos 4 o 5 meses ha perdido bastantes kilos, su color de piel es más sonrosado y brillante,  en su trabajo todo el mundo le ha notado el cambio, y no paran de preguntarle por su "secreto".

Hasta aquí  fue su camino de rosas pero....





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