martes, 6 de noviembre de 2012

ACLARACIÓN DEL BLOG

  No se, sí en otro momento lo he comentado, pero quiero dejar claro, que todo lo aquí descrito es una experiencia propia, que lo único que realmente pone de manifiesto es que se pueden hacer la cosas de otro modo, e incluso de forma contraria de lo que nos han estado recomendando como "saludable". Si alguno, en algún momento determinado pretendiera seguir éstos mismos pasos, tiene que saber que es una responsabilidad única y exclusivamente suya, pero si a pesar de ello pretendiera seguir adelante, los beneficios por mí obtenidos, suponen una meticulosidad extrema con todo lo expresado; significa ésto que todo se diluye si obviamos los periodos de ayunos, o consumimos azúcares porque nos entra "el mono", o si no entrenamos de forma intensa, o si no consumimos la suficiente cantidad de grasa, etc.

  En realidad, no se trata de una dieta exclusivamente, se trata de una forma de vida donde prima el sentido común, pues éste se sustenta en la lógica que avala una especie, que es el Ser Humano. No pretendo pautar, ni cuantificar lo que nos corresponde como especie, pero lo que si está claro, es que ningún ser de la naturaleza, obra con tanta contradicción a la misma como la que nosotros imponemos. Si pretendemos matematizar todos los parámetros que definen al Hombre, corremos el riesgo de despojarle de su íntima conexión con la Naturaleza, y convertirlo en un ser donde la racionalidad acabe devorado los últimos vestigios de su propia especie.

  Si volvemos, a redescubrir nuestra propia naturaleza, nos daremos cuenta que no tenemos que contar cuantas veces comemos, ni cuantas calorías consumimos, ni cuantos litros de agua bebemos porque solamente comeremos cuando realmente tengamos hambre y beberemos cuando tengamos sed. Y nos moveremos..., pues la vida es movimiento, y éste solo cesa cuando en la función, cae el telón y se apagan los focos que alumbran nuestra existencia.

   No obstante, quien se acerque a éste blog, pensándose reposar en el altar de la sabiduría, y desde su altura de miras, se ría de los seres insignificantes y orates que por éstos lares pululan, ha de saber que en la vida, cada uno ha de seguir su propio camino, con la mirada siempre puesta al frente, no sea que tanta preocupación por los derroteros seguidos por otros, no le quede tiempo de apreciar, que a lo mejor el suyo, finaliza abruptamente en un acantilado.





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